jueves, 14 de octubre de 2010

Falta sólo un mes, mi gata resultó ser gato y yo enferma!!!

Y comienzo, y vuelvo a comenzar, y nuevamente hago el intento de escribir pero por más que me esfuerzo y por más que trato de escribir no lo logro.

Entiéndanme, uno no se casa todos los días. Y es cierto todo, que los medios tienen la culpa, que desde que jugaba con mis barbies soñaba con el día de mi boda. Me declaro culpable de emocionarme con un momento que no durará más que 24 horas.

Sé que sueno superficial y vacía, pero sí soy un producto de la mercadotecnia y de las telenovelas que me enseñaron que tenía que casarme a como diera lugar. Aclaro: no estoy diciendo que no me encanta la idea pero, y lo digo en serio, ME MUERO DE LOS NERVIOS!!!!

Y eso que ya pasó lo peor, y eso que desde hace varias semanas las cosas con mis padres se arreglaron y se bajó la tensión emocional de la que fui objeto pero la verdad... TENGO MIEDO

Y es que si yo tuviera el temple como Elizabeth Taylor y sus 7 matrimonios, yo creo que le gustó tanto casarse que decidió repetirlo varias ocasiones, pero es que no hay que ser... ES MI PRIMERA VEZ y como quiera da mello!!! Como todas las primeras veces: bien que quieres; sin embargo, a la MERA HORA siempre da cuz, cuz.

Es decir, sé que está entrada fue poco ilustrativa y creo que no logró transmitir mis verdaderos sentimientos hacia la boda, y eso sin contar que mi gata resultó ser gato. Así que entenderán que traigo los nervios de punta y no puedo, ni quiero escribir nada que pueda imitar a la coherencia.

Repetiré el consejo que sabiamente le dije a una amiga hace unos añitos:

No te cases!!!

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